Deisy llega a la fundación en 2017 con un trabajo muy precario y un niño con discapacidad. Su sueldo sólo le llegaba para pagar una habitación.
Siempre tuvo ganas de formarse y acceder a nuevas oportunidades laborales. Es beneficiaria de una vivienda y ha mejorado en su trabajo consiguiendo estabilizar su vida y la de su pequeño.
Tiene muchas ganas de seguir luchando por salir adelante, sus palabras lo cuentan en primera persona.
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